“Cuando alguien te ataca, puede parecer que se trata de ti. Pero en realidad, más a menudo de lo que crees, la persona que te agrede está lidiando con su propio malestar interno. Tal vez siente inseguridad, frustración o rabia acumulada, y te lo proyecta. Reconocer esto cambia completamente la dinámica. No estás tratando con alguien que quiere dañarte, sino con alguien que está buscando cómo lidiar con su propio dolor.”
“En lugar de reaccionar de inmediato, es importante recordar que la otra persona podría estar atravesando un mal momento. Si puedes verlo de esa manera, te será más fácil no tomártelo personal y mantener tu estabilidad emocional.”
“Cuando estamos bajo ataque, nuestro sistema nervioso entra en ‘modo de supervivencia’. Esto es una respuesta automática, que te prepara para luchar, huir o congelarte.
Este es un momento clave, porque si no somos conscientes de lo que está ocurriendo dentro de nosotros, es fácil dejarnos llevar por la impulsividad.”
Al tomar un respiro profundo, estoy dejando de enfocarme en la otra persona y estoy desviando la atención hacia mi propia respiración, esto además calma tu sistema nervioso, tus emociones.
Esto te dará espacio para pensar con claridad, y actuar de una manera que refleje tu verdadera intención, en lugar de reaccionar de manera impulsiva.
Nuestro sistema nervioso tiene tres respuestas una de seguridad que es la que se conoce como estar bien, y otras 2 que se activan cuando nos sentimos amenazados, podemos pasar al ‘estado simpático’ (lucha o huida) o al ‘estado dorsal’ (congelación).”
Cuando alguien te ataca, es posible que esa persona esté en un estado simpático, es decir, en modo de lucha o huida. Al entender esto, puedes reconocer que están actuando desde el miedo o la inseguridad. Y la mejor manera de responder es no dejándote arrastrar por esa energía, sino permanecer en tu propio estado ventral, calmado y en control.
Tu lenguaje corporal puede ser tu mejor aliado cuando alguien te ataca. Mantener una postura abierta, respirar profundamente y evitar cruzar los brazos o encogerte transmite confianza y calma. Esto no solo te ayuda a sentirte más seguro, sino que también envía un mensaje no verbal a la otra persona de que estás en control.
Da un ejemplo concreto:
Si mantienes contacto visual, sin parecer desafiante, y usas una postura firme pero relajada, estás demostrando que no vas a dejar que te desestabilicen. Este tipo de lenguaje corporal puede desactivar tensiones y hacer que la otra persona se dé cuenta de que no estás jugando su juego de confrontación.
Beatriz Gomáriz para Busco un Cambio
Te dejo un video sobre el tema, SUSCRÍBETE a mi canal