LA ELECTRICIDAD DEL CUERPO

El encargado de que nuestro cuerpo funcione es nuestro increíble Sistema Nervioso, en este post voy a hablaros especialmente de nuestro Sistema Nervioso Autónomo, que se encarga de múltiples funciones pero de la que os voy a hablar es de la seguridad.

Nuestro SN es como el antivirus del ordenador, que no sabes que lo tienes hasta que aparece una ventanita que dice: Se han encontrado 2 amenazas, y ahí recuerdas que tienes antivirus, nuestro SN hace lo mismo pero en vez de una ventanita lo que nos envía es un pensamiento para que sepamos que estamos en peligro. Esto sería genial, si no fuese porque nuestro SN está perdido, podríamos decir que desconfigurado, y envía pensamientos de peligro donde no los hay, esto genera los problemas típicos de stress, ansiedad (todo esto lo explico muy bien, en mi curso «Mente, cuerpo y Coaching»

Te voy a lanzar una pregunta, ¿qué te parecería si hubiese una avería de agua, y el fontanero fuese a arreglarla donde sale el agua en vez de donde está la avería? ¿Ridículo no?

Tratamos a nuestros clientes desde la mente, cuando el 80% de lo que llega a la mente procede de este SN Autónomo, cuando el SNA encuentra algún peligro, además de enviarnos un pensamiento (el 80%) lo que hace es apagar el neocórtex, ya que necesita toda la energía que gasta el neocórtex, para utilizarla en defenderse de ese peligro hipotético que ha encontrado, cuando esto sucede no actuamos de un modo razonado, ya que la parte que se encarga de razonar, no está funcionando.

Hay veces que tenemos un proyecto fabuloso le dedicamos todo un día a trabajar en él, y de repente al día siguiente, nos vienen pensamientos de que no merece la pena, de que no le va a gustar a nadie, y estos pensamientos son producto de que nuestro SNA ha sentido un peligro y nos lo está trasmitiendo con pensamientos, que no podemos razonar porque el Neocórtex está apagado.

Si estás comenzando con tu negocio de coaching o cualquier otro, no te creas esos pensamientos porque son una desregulación de tu SNA.

El orden de trabajar con nosotros mismos o nuestros clientes, es de abajo a arriba y no de arriba a abajo como se ha hecho hasta ahora.

Beatriz Gomáriz

«Mente, cuerpo y coaching»